lunes, 25 de marzo de 2019

Reflexión de una profesora experta. Sofía Suárez García

Desde el Centro de Formación del Profesorado en Idiomas damos las gracias por la bonita reflexión que hace Sofía sobre el proyecto y sobre la experiencia vivida con su profesor observador.

Ésta ha sido, sin duda, una experiencia de observación especial. José Luis y yo ya nos conocíamos por haber compartido un curso para el profesorado el verano pasado en Oxford, pero estábamos en diferentes clases por ser profes de diferentes especialidades. Cuando desde el CFPI me comunicaron quién sería mi compañero y nos vimos en persona, no me pude alegrar más, ya que sabía de antemano que iba a tener un compañero estupendo. 
Después de sus observaciones en mi centro, concertamos un día para que yo fuese a visitarlo a su centro de Roa de Duero. Fue el 21 de febrero, y para ello, estudiamos su horario, optando por el día con más horas de docencia en lengua inglesa, aunque finalmente también me quedé a observar otras clases y ver las actividades que realizaba con los diferentes grupos y asignaturas. 
Comenzamos con una clase de Matemáticas para 2ºESO bilingüe. Se trataba de un grupo de 10 alumnos, y se utilizó un aula de informática, equipada con pizarra digital, cañón proyector y, para mi sorpresa, un mini-portátil para cada uno de los alumnos. A lo largo de la sesión, se realizaron distintas actividades creadas por Jose y alojadas en la plataforma Moodle, pero el gran problema fue la conexión a internet, ya que no podía dar soporte a todos los estudiantes del grupo. Al final, para conseguir que la clase avanzase con más normalidad, Jose y su móvil terminaron siendo los proveedores de internet para todo el grupo.  La lengua vehicular en todo momento fue el inglés, y sobre todo me gustó la tranquilidad que Jose transmitía a todos en los momentos de "crisis", cuando la conexión fallaba y muchos de los alumnos se ponían nerviosos por miedo a perder los resultados o no poder avanzar todo lo rápido que les gustaría en la resolución de los problemas propuestos. 
La siguiente clase fue con 1º de Bachillerato en la asignatura de Informática, con 11 alumnos e idéntica aula que en la sesión anterior. De nuevo se trabajó con los mini-portátiles, en este caso para aprender a manipular imágenes utilizando Gimp. En la sesión anterior se les solicitó a los alumnos que llevasen tres imágenes, y a lo largo de la sesión Jose Luis les fue enseñando paso a paso a cambiarlas y mejorarlas. El único problema que surgió fue que algunos se olvidaron de llevar las imágenes, pero Jose Luis lo resolvió con rapidez, proporcionándoles material para que también pudiesen trabajar. De esta sesión, me gustó mucho el hecho de que Jose proyectase la evolución de los alumnos en una tabla, de modo que podían ver su trayectoria a lo largo del trimestre.
Finalmente, fuí a otra clase de Matemáticas, esta vez con 1ºESO y 15 alumnos. En esta ocasión cambiamos de aula, pero estuvimos en una que también estaba bien equipada, con proyector, altavoces y ordenador para el profesor. Al principio de la clase, Jose hizo un repaso de lo visto anteriormente y resolvió algunas dudas. A continuación, repartió una serie de tarjetas Plickers, cada una al alumno correspondiente (no era la primera vez que trabajaban así). Esta actividad fue todo un éxito, ya que no sólo era motivadora por la mecánica de Plickers, sino que las preguntas planteadas por Jose, adaptadas a la realidad de este alumnado y su entorno, también jugaron un papel importante. 
Por último, sólo puedo expresar mi satisfacción por haber participado en esta iniciativa, que como en otras ocasiones y modalidades en las que he participado, ha resultado ser muy enriquecedora y, por utilizar una metáfora relacionada con el área de conocimiento de mi compañero, abrir las puertas de las aulas siempre suma y ayuda a despejar incógnitas y multiplicar el valor de nuestra práctica docente.

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